Para Vani... ojalá estés en paz
Fue un día ordinario.Sentada en su auto, esperando poder cruzar el semáforo, pensaba apaciblemente.
Aun se encontraba un poco alterada por su discusión de esa mañana… no estaba acostumbrada a enfrentarse tan duramente con nadie… menos que menos con Anabella.
Lo mas difícil de asimilar era que no iba a pedirle perdón… esta vez no. Había sido demasiado. Siempre era ella quien pedía disculpas, quien mantenía el status quo. Esta vez no podía ser así: estaba demasiado cansada… debería ser ella quien se hiciera cargo de lo sucedido y arreglarlo, si le interesaba.
Se percato de lo inmenso que le parecía el tiempo que pasaba sin hablar con Nahuel… últimamente estaba muy ocupado, y como ella había empezado con el laburo… con la compra de la mercadería y todo lo demás… hablaban muy poco. Notó como su ultima conversación había sido seca… se habían dicho lo justo y necesario. Él estaba cansado y ofuscado por estar en Bahía sólo… y ella se encontraba cansada de subirle el ánimo todos los días por lo mismo.
El celular comenzó a sonar… observó con tedio el visor… era su abuela… ¡ya no la soportaba más!... la llamaba dos veces por día, siempre por lo mismo: a ver si volvía muy tarde, a ver si estaba abrigada… era IN-SO-POR-TA-BLE.
No la atendió… mas tarde le diría que estaba bañándose, o algo así. Siempre lo hacía… de vez en cuando se enojaba con ella, y ahí aflojaba… pero a los pocos días el acoso comenzaba de nuevo.
El tránsito arrancó a su alrededor.
Ella, con el cambio ya listo, aceleró, intentado no quedar atrás y perder el verde del semáforo… pero quedó retrasada por esquivar a un transeúnte descuidado. Al acelerar nuevamente un colectivero, de esos que sobran en Buenos Aires, se llevó por delante el Ford Fiesta que conducía… murió al instante.
Anabella no tuvo su oportunidad de retractarse y estar en paz con la mejor amiga que tenia en el mundo. Por una pelotudez no podría dormir sin pensar en ella nunca mas en su vida…
Nahuel no pudo despedirse… siempre se arrepintió de no haberle dicho cuanto la amaba todas y cada una de las veces que habló con ella…
Nota del autor: No es mi intención ser trágica… escribí esto por Vanina, una persona a la que no conocí íntimamente, pero que era muy querida por muchas personas que son muy queridas para mi…. Y me hizo pensar.
Nada es seguro en esta vida. Todo puede acabar en un segundo.
Hoy quiero pedirles que vivan.
Sean felices.
No piensen demasiado.
Mi abuelo Jorge decía “Si tiene solución, para qué te vas a hacer problema… y si no tiene solución… para qué te vas a hacer problema”
No hagan un mundo de todas las cosas, como dice Hanglin.
Por favor… la vida es demasiado corta.