sábado, octubre 13, 2007

Me gustas

Adolescencia, como has quedado atrás…
Esa bendita época en la cual conocías a una persona… y te gustaba… y lo contabas a un amigo, y ese amigo te vendía como el mejor y ahí quedaban todos tus intentos por conseguir el amor del otro… frustrados frente al miedo que provoca el saber que alguien se interesa en nosotros.
Después las cosas cambian. Te gustan, pero de otra forma.
La atracción es mas inesperada… menos programada.
No miras a ese que le gusta a todas y te enamoras vos también, simple carne de cañon de la joven y virgen masa de niñas que te acompañan.
No…
Ahora lo ves… lo conoces… te reís…
Poco a poco hablas de la vida… entra en tu vida, casi sin querer… imperceptiblemente.
Y un día, como de repente, te das cuenta de que tenés ganas de verlo… de que lo querés a tu lado… y no querés que se vaya.
Pero esta vez no se lo contás a nadie. Aunque todos se den cuenta.
Este amor, muy distinto al primero… diferente porque no se planea… solo sucede.
Una noche te encontrás abrazada a él… y descubrís que nada en el mundo te da tanta paz como ese momento.
Y no es el único… nunca lo será… el desafío entonces, está en enamorarte de esa forma todos los días.
El amor morirá cuando ya no tengas fuerzas o ganas de enamorarte una mañana.
El día que te despiertes y no te des vuelta para observarlo a tu lado, sino que cierres los ojos y pienses en algo más.
El día que ya no quieras inventar recetas mágicas para estar bien otra vez.
Y es que esas recetas no existen… son las ganas lo único que nos mantiene firmes.
Tal vez te enamores de muchos… y tal vez sea al mismo tiempo… tal vez ellos no te amen…y será ese sufrimiento el que te permita continuar… comprender y madurar…

Está todo pensado… nadie juega la payana… no damos puntada sin hilo…sabemos lo que queremos y obramos en consecuencia….
Dejemos de fingir que no pretendemos hacer lo que efectivamente hacemos cuando, en realidad, los problemas surgen cuando los desenlaces no son los que esperamos.

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