Hoy quiero escribirte… y describirte…
Describir el vacío que me generas por dentro… y al mismo tiempo, la paz insondable que logras que sienta.
Es la desesperación en un instante, y al siguiente, no queda otra más que secarse los ojos, y hacer como que nada ocurre. Por lo menos, nada como vos.
¿Por qué nos aferramos tanto a la vida?... ¿por qué nos da tanto miedo morir?... será nuevamente, como alguna vez ya dije, ese terror a aquello que desconocemos.
Yo no te temo. Y hoy te lo quiero decir.
Creo que no te comprenden, por eso te repelen.
¿Por qué se ha creado tanta mística a tu alrededor?, ¿por qué has pasado a ser lo que debemos evitar a toda costa?... ¿por qué te tememos tanto?... ¿por qué sos algo malo?... ¿por qué sos una de las tantas cosas de las cuales no se habla?...
Mi forma de hacer las cosas me ha servido para aceptarte. No me aferro a nada ni a nadie. Tengo mis cuentas claras con todos y conmigo todo el tiempo. Esto se condice con mi ideal de no ser una carga y que otros no lo sean para mi.
El dolor… la ira… la tristeza… y luego, el atravesar la puerta y comprender que nada ocurre en verdad.
Dulce es el calor acogedor de la habitación… un pequeño refugio que te contiene hasta el final. Y me miras sin comprender. Y sabes, siempre supiste, que estaría a tu lado a pesar de todo.
Ni siquiera esto nos va a separar. Porque no te vas… estas acá… adentro mío… para toda mi vida… y mas aun…
El silencio del final… el intento por no molestarte… y los escasos momentos en los que intentamos olvidar que en el cuarto contiguo estas perdiendo la última batalla que tu cuerpo podrá pelear. Y debemos hacerlo, porque esto es parte de nuestras vidas. No sos la primera ni la ultima persona que morirá para nosotros. Y nuestra vida continúa… el mundo no para… no puede parar… y no por eso dejare de amarte como hasta ahora.
La última vez que te vea… luego de que te diga cuanto te quiero como hago a menudo… habremos cerrado este periodo… y ya tu cuerpo helado como nunca no me representara el dolor que me causa el verte morir sufriendo con un solo gemido y rogando que termine.
No es el hecho de que mueran lo que me hiere… son las cosas que nunca hablamos… y que ahora quisiera comprender.
Tal vez si estuvieras acá todavía no te lo preguntaría… tal vez eso sea lo que tengo que comprender… que no dejé nada pendiente, y que mis preguntas son naturales… y que tengo al de vos en mí… y el resto no importa. Lo bueno… lo malo…. Todo pasa… ni siquiera nosotros quedamos… solo nuestro recuerdo en las mentes de los que nos conocieron.
¿Cómo podes mirarme y saber que te estas muriendo sin que nadie te lo haya permitido saber?... pero lo sentís…. Y yo te miento en la cara… porque no quiero que sufras mas… no quiero que pienses en todo lo que querés hacer y no vas a poder… quiero que te duermas para siempre sabiendo que vas a lograr verlo…quiero que mueras pensando en todo lo que vas a vivir.
Y dejame, que yo me ocupo de los que quedan conmigo.
Los que no comprenden.
Los que no podrán vivir con tu partida, porque no resolvieron nada mientras vivías.
Describir el vacío que me generas por dentro… y al mismo tiempo, la paz insondable que logras que sienta.
Es la desesperación en un instante, y al siguiente, no queda otra más que secarse los ojos, y hacer como que nada ocurre. Por lo menos, nada como vos.
¿Por qué nos aferramos tanto a la vida?... ¿por qué nos da tanto miedo morir?... será nuevamente, como alguna vez ya dije, ese terror a aquello que desconocemos.
Yo no te temo. Y hoy te lo quiero decir.
Creo que no te comprenden, por eso te repelen.
¿Por qué se ha creado tanta mística a tu alrededor?, ¿por qué has pasado a ser lo que debemos evitar a toda costa?... ¿por qué te tememos tanto?... ¿por qué sos algo malo?... ¿por qué sos una de las tantas cosas de las cuales no se habla?...
Mi forma de hacer las cosas me ha servido para aceptarte. No me aferro a nada ni a nadie. Tengo mis cuentas claras con todos y conmigo todo el tiempo. Esto se condice con mi ideal de no ser una carga y que otros no lo sean para mi.
El dolor… la ira… la tristeza… y luego, el atravesar la puerta y comprender que nada ocurre en verdad.
Dulce es el calor acogedor de la habitación… un pequeño refugio que te contiene hasta el final. Y me miras sin comprender. Y sabes, siempre supiste, que estaría a tu lado a pesar de todo.
Ni siquiera esto nos va a separar. Porque no te vas… estas acá… adentro mío… para toda mi vida… y mas aun…
El silencio del final… el intento por no molestarte… y los escasos momentos en los que intentamos olvidar que en el cuarto contiguo estas perdiendo la última batalla que tu cuerpo podrá pelear. Y debemos hacerlo, porque esto es parte de nuestras vidas. No sos la primera ni la ultima persona que morirá para nosotros. Y nuestra vida continúa… el mundo no para… no puede parar… y no por eso dejare de amarte como hasta ahora.
La última vez que te vea… luego de que te diga cuanto te quiero como hago a menudo… habremos cerrado este periodo… y ya tu cuerpo helado como nunca no me representara el dolor que me causa el verte morir sufriendo con un solo gemido y rogando que termine.
No es el hecho de que mueran lo que me hiere… son las cosas que nunca hablamos… y que ahora quisiera comprender.
Tal vez si estuvieras acá todavía no te lo preguntaría… tal vez eso sea lo que tengo que comprender… que no dejé nada pendiente, y que mis preguntas son naturales… y que tengo al de vos en mí… y el resto no importa. Lo bueno… lo malo…. Todo pasa… ni siquiera nosotros quedamos… solo nuestro recuerdo en las mentes de los que nos conocieron.
¿Cómo podes mirarme y saber que te estas muriendo sin que nadie te lo haya permitido saber?... pero lo sentís…. Y yo te miento en la cara… porque no quiero que sufras mas… no quiero que pienses en todo lo que querés hacer y no vas a poder… quiero que te duermas para siempre sabiendo que vas a lograr verlo…quiero que mueras pensando en todo lo que vas a vivir.
Y dejame, que yo me ocupo de los que quedan conmigo.
Los que no comprenden.
Los que no podrán vivir con tu partida, porque no resolvieron nada mientras vivías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escucho